Verisk calcula que las pérdidas cubiertas por las aseguradoras ascenderán a unos 1.000 millones de dólares y señala que la considerable diferencia entre las pérdidas económicas y las aseguradas "representa el coste de las catástrofes para la sociedad".
Para estimar el coste asumido por las aseguradoras, la compañía ha tenido en cuenta los daños físicos derivados de la sacudida sísmica a las estructuras e interiores de edificios y la interrupción de negocios, en ambos casos cubiertos por esos servicios.