En virtud de una orden, Marruecos se compromete a restaurar el edificio en su totalidad, respetando la arquitectura original tanto de la fachada como del interior, y preservando el diseño original del teatro.
La propiedad transferida del "Grand Théâtre Cervantès" formará parte del "Dominio Privado del Estado Marroquí" y no podrá ser transferida a terceros.
Esta transferencia se ha materializado mediante un protocolo que, por su forma y contenido, constituye un acuerdo internacional.
Para ello, Marruecos se compromete a sufragar todos los gastos de restauración, renovación, gestión y mantenimiento, así como a mantener el nombre de "Gran Teatro Cervantes" y a preservar su simbolismo y su historia.